Viaje de Jimin.
Jungkook estaba sentado en una de las bancas del jardín de su casa cuando el mayordomo llamó su atención.
—Señor, usted disculpe, el señor Jungwon se encuentra aquí.
—Hazlo pasar, Jungsu.
—Si señor.
El leal mayordomo, le dio el pase a su hermano y se retiró discretamente.
—Ya sé a lo que vienes, Jungwon —fue el recibimiento que le dio a su hermano—. Y te doy toda la razón, me porté como un idiota, lo siento.
—¿Jungkook, me permites hablar, por favor? —dijo pacientemente, sentándose a un lado suyo—. Escúchame... comprendo que te sintieras abrumado ese día, seguramente recordaste a Junghyung, la separación de Jimin está muy reciente y agrégale que yo te estoy apurando para que te prepares a ocupar mi lugar, pues...
—Me lo dicen a cada rato, como si tú te fueras a morir pronto o fueras un ancianito a punto de hacerlo.
—¡Lo sé, lo sé!... Y lo lamento, el pleito que tengo con la abuela Misook de dejarte la responsabilidad a ti antes de tiempo, te perjudica más a ti que a nadie; mi renuencia a permanecer "enjaulado" no me permitió ver que te estaba lastimando, Jungkook. Este es "el destino" de todos los varones jóvenes de las familias adineradas, alguien se tiene que ser responsable de su continuidad en esta tierra y el patrimonio y los hijos de cada familia es la manera de hacerlo.
—Lo entiendo Jungwon, solo que no estaba de humor en ese día tan especial, lo sabes bien —habló más calmado y melancólico.
—Está claro, no te preocupes y... te vengo a proponer algo.
—Tú dirás, ¿de qué se trata? —le dijo mirándolo curioso.
Jungkook se acomodó en la oficina de su hermano, mientras escuchaba con atención la propuesta que Jungwon estaba a punto de decirle.
—Compartiremos las responsabilidades; seis meses tú y seis meses yo.
—Pero la abuela Misook, solo quiere que lo dirija un solo hombre.
—¿A caso le dirás el acuerdo a que llegamos tú y yo?
—¡Por supuesto que no!
—Entonces desde mañana te quiero en mi oficina para irte explicando como están los negocios, entre ellos me preocupa uno.
—¿Existe algún problema?
—En realidad es evitarnos uno muy grueso.
—¿De qué se trata?
—De retirar de los negocios familiares a nuestros primos, Minhyun es una bomba a punto de estallar y es solo cuestión de tiempo para que el empiece a tirar por la borda el trabajo de su padre.
—En eso tienes razón, serán muy primos de los Jeon, pero la verdad no le veo un buen futuro a las negociaciones que tengamos con ellos.
—Es por eso que tenemos que manejarlo con mucha calma y tacto, todo legal obviamente, pero si podemos deshacernos de la asociación que tenemos con ellos, creo que nos evitaremos muchos problemas.
—Cuenta conmigo, Jungwon, pensé que yo era el único que veía peligro en la relación con nuestros primos, me alegra que pienses como yo.
—Pues es una triste coincidencia, lamentablemente, yo traté que Minhyun y Yeji sentaran cabeza, pero creo que no lo harán ni hoy ni nunca, no voy a permitir que sus malas acciones perjudiquen a la familia, aunque sean parte de ella.
—La abuela Misook los defenderá a capa y espada.
—Eso es seguro, pero no pienso claudicar, es por el bien de ella también.
—Tal vez eso no lo entienda, y nunca nos perdone.
—Pues tendremos que vivir con ello.
—Si... con el peso de nuestras decisiones... las buenas y las malas. —concluyó el joven melancólicamente.
✧✦✧
Jungkook ya había comprado el regalo para Jungwon, su novio Seungmin y su abuela Misook, ahora entraba a una tienda departamental para buscar el obsequio para Taehyung y sus primos Yeji y Minhyun, estos últimos casi a regañadientes, por no ser grosero y tomarlos en cuenta, no podía evitar que asistieran a la fiesta de fin de año, con suerte esta sería la última, y eso hacía más soportable el tener su presencia ese día.
Llego al departamento de perfumes y solicitó a la vendedora un perfume con aroma de rosas, el favorito de Taehyung; mientras la empleada iba por su pedido el popurrí de aromas empezó a rondar por su nariz, invitándole a descifrar a quién le recordaba determinado aroma.
Un aroma a mar le recordó el espíritu aventurero de Jungwon, las notas de madera le pertenecían a él, nada más elegante que el aroma de la madera de cedro; en cambio el aroma a cedro negro con albahaca le recordaba a Jungsu, su leal mayordomo.
Estaba muy entretenido en su inspección de perfumes que se aventuró a donde se exhibían los de dama, un aroma a vainilla e incienso le recordó sin dudas a la abuela Misook, el olor a musgo y helecho recién cortado no era de otra más que de Yeji.
—¡Qué pesadez de aroma! —sonrió y trató de que no se le saliera la risa y lo juzgaran de loco hablando solo a los perfumes.
Más de pronto un aroma familiar hizo que se congelara un instante, el aroma a jazmín entró por su nariz, pero se fue a instalar en el corazón.
—¡Jimin! —y no supo porque se le puso la piel de gallina y el corazón se le aceleró.
Después de sus compras, Jungkook acomodaba sus paquetes en su auto ayudado por su chofer, cuando un alboroto llamó la atención de las personas a su alrededor y de él, pero la sorpresa fue ver a Minhyun peleando con uno de los propietarios de las tiendas de regalos, sus gritos comenzaban a sonar más fuertes y amenazaban con irse a los golpes.
Jungkook estuvo tentado a darse la vuelta y dejar que Minhyun se las arreglara solo, pero mientras tuvieran lazos financieros, era parte de la familia, le dio instrucciones a su chofer que lo aguardara en el coche y fue al encuentro de la pelea, donde ya se habían aglomerado alrededor de los dos en disputa.
—¡Chicos! —grito enérgicamente para que los dos contrincantes dejaran de pelear y le pusieran atención—. Creo que no nos conviene a nadie que se inicie una trifulca en este lugar, alguien puede llamar a la policía con las ya conocidas consecuencias.
—¡Eso es lo que estoy a punto de hacer si este caballero no paga lo que sus "amiguitas" tomaron de mi tienda! —respondió el dueño de la tienda de regalos señalando a dos mujeres que a leguas se les veía que eran "de la vida galante".
—¡Mis amigas son dos chicas muy decentes! —parloteaba Minhyun—. ¡Y si tomaron algo sin pagar, solo fue por distraídas!
—¡Insulta mi inteligencia!
—¿No me cree? ¿No sabe con quién está hablando?
—Ya sacó el tema del apellido —pensó cansado Jungkook del mismo cliché de su primo—. Minhyun, no seas tonto, págale al señor lo que tus "amigas" tomaron por "distraídas" y evitémonos esta bochornosa situación para la familia.
—Lo que tu digas primito, todo por la familia.
Minhyun sacó su billetera y le pagó al propietario, que inmediatamente se metió a su tienda, los transeúntes se fueron dispersando, dejando solo a los primos y a las "damas".
—Es mejor que lleves a las señoritas a su casa y te regreses a la tuya, Minhyun.
—¡No sea aguafiestas! Que te parece si mejor me acompañas a tomarnos unos tragos con ellas, a ver si así quitas la cara de acartonado que tienes.
Jungkook abrió la boca para contestarle cuando lo abrazó una de las amigas de Minhyun.
—¡Pero Baby! Tú nunca nos mencionaste que tenías un primo tan guapo —le habló la mujer aferrada a su cuello—. Y que bien huele.
—Señorita, es mejor que mantengamos distancias —recalcó tratando de zafarse de su amarre—. Yo a usted no la conozco.
—Pero podemos conocernos desde ahorita —le bramó besándolo en los labios tomándolo por sorpresa.
Jungkook se retorció alejándola de él, mientras Minhyun y las mujeres se carcajeaban.
—Eso es lo que te hacía falta, Jungkook, conocer a una persona de verdad, ella está libre esta noche, ¿no te quieres estrenar? No lo niegues. ¡Seguro sigues siendo virgen!
Jungkook sacó su pañuelo y se limpió la pintura del labial que había dejado la mujer en su boca, deseó quitar también el sabor a tabaco y alcohol que percibió en ese beso robado.
—No vale la pena que te conteste —le dijo mirando seriamente a los ojos, que hizo que Minhyun parara de reírse—. Solo te prometo una cosa, no te vas a divertir a costa mía, déjate de meterte en mis asuntos, y mejor pon atención a los tuyos.
—No aguantas una bromita —trató de bromear—. Además yo tengo mis asuntos controlados, es más divertido alegrar un poco tu aburrida vida, y además...
—El Señor Youngjae lo sabe, Minhyun —lo interrumpió dejando a su primo congelado.
—¿A qué te refieres?
—A tu supuesto examen aprobado de la escuela de contabilidad, y puesto que ya no te ríes, te recomendaría que fueras preparándote para un examen extraordinario pensado solo en tu persona.
Jungkook dio vuelta sobre sus talones y se alejó dejando a un Minhyun pasmado con sus dos amigas tratando de reanimarlo.
✧✦✧
GANGNEUNG.
Jimin, Minho, Jisung y sus padres llegaron por fin a la casa de la hermana del Señor Jaebum, después de varias horas de camino por tren y otro tanto por coche. La casa se encontraba cerca de la playa, sobre una pequeña loma.
—Mira Jim —le dijo Minho mostrándole el gran espectáculo de la naturaleza—. Después de instalarnos en casa de mi tía, podremos venir a pasear a la playa.
Jimin le regresó la sonrisa y por un instante volteó a ver a Jisung, sorprendiéndose por el gesto duro que le ofreció.
—¡Vaya primito! —pensó molesto—. Todavía de que se atreve a coquetear con Jungkook, se molesta de que hable con Minho —esa reflexión lo dejo confundido—. ¿Qué estás pasando? No debo de seguir pensando en Jungkook, él ya no me pertenece, nunca me perteneció, pero... ¿Qué sentirá Jisung por Jungkook? ¿Lo amará tanto como yo? ¿Y por Minho?
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el auto se detuvo frente a una pintoresca casa, era una casa grande, no muy lujosa, pero se veía muy confortable.
El barandal estaba pintado de blanco con imágenes de gigantescos girasoles, le seguía un camino repleto de plantas de todo tipo, y aunque era invierno, lucían rozagantes, todos los ocupantes de los dos automóviles bajaron, tratando de recuperarse del efecto del largo camino y se encaminaron hacia la casa, de la cual se abrió una hermosa puerta de madera, de donde salió una joven de cabellera negra, como la de Minho.
—¡Tío Jaebum, tía Rosé, Minho, Jisung! —decía corriendo a su encuentro—. ¡Qué bueno que ya llegaron, sean bienvenidos! —parecía una niña abrazando y besando a todos, incluyendo a los Park.
—¡Yuna, muchacha, si pareces una polilla! ¡Deja de dar vueltas para presentarte! —dijo riendo Jaebum.
—Es que ha pasado todo un año sin vernos —lo dijo dramatizando la frase a más no poder, ante las risas discretas del señor Park y Jimin y la mirada asustada de la señora Park—. Señores Park, soy Yuna, la prima loca de Jisung y Minho. —dijo muy seria y haciendo una reverencia muy actuada.
—¡Yuna! ¿Qué maneras son esas de recibir a nuestros invitados? —habló una enérgica voz detrás de ellos. Una señora joven de cara amistosa salió también a recibirlos—. ¿Cómo están ustedes? ¿Tuvieron buen viaje? Yo soy la hermana de Jaebum, y madre de esta alocada muchacha —concluyó dándole un ligero jalón a la falda de Yuna.
—¡Mamá! Mejor invítalos a pasar a la casa, deben de estar cansados, tenemos mucho de qué hablar —tomó los brazos de Minho y Jisung entre los suyos y los dirigió adentro de la casa, seguidos por todos los demás.
Después de haber sido instalados, todos se reunieron en el comedor para una reparadora cena a base de pescado.
—Es un platillo delicioso Señora... ¿Hermana del señor Lee?
—Shinhye, Lee Shinhye... pero solo llámame Shinhye, joven... ¿Amigo de Minho?
—Park Jimin... pero solo llámeme Jimin.
Ante tal conversación todos rieron y comenzó una agradable velada que se extendió hasta muy avanzada la noche, a pesar del cansancio de los viajeros.
Finalmente, Yuna los llevó a sus habitaciones, afortunadamente a Jimin le cedieron una habitación sola, no estaba de ánimos para tener un enfrentamiento con Jisung, aunque fuera de puras miradas, como las que se lanzaban en la cena, estaba claro, entre ellos dos, estaba declarada la guerra.
Al día siguiente, los jóvenes salieron a recorrer la playa, mientras los mayores se instalaron en unas mecedoras a disfrutar de la vista y de un té frío, Yuna aprovechó que Jisung se había colgado del brazo de Minho, para acercarse a Jimin.
—A Minho le gustas tú, ¿verdad? —lo dijo sin reservas.
—Bueno... tenemos poco de conocernos... no creo...
—Por Dios Jimin, no seas tan reservado conmigo, además solo hay que mirarle la cara de tonto que tiene cada vez que te mira... ¡Pobre Jisung! —reflexionó de pronto con cierto pesar—. Lo que debe de estar sufriendo, la ardillita.
—¿Por qué hablas así de él? ¿Qué sabes sobre sus sentimientos? —preguntó interesado en saber más de Jisung.
—¿Tú no sabes nada de la historia entre Minho y Jisung?
—Solo que se criaron como hermanos.
—Para la mala suerte de Jisung, que siempre estuvo enamorado de Minho... aunque en su última carta me habló de un amigo nuevo —a Jimin se le revolvió el estómago—. Quizás lo olvide y comience una nueva relación... Si Minho te ha puesto el ojo, es que tú estás disponible, ¿o no?
—Lo dices como si yo fuera un filete a la venta, por el momento no me interesa ninguna relación romántica.
—Eso me suena a una gran decepción amorosa.
—¡Yuna! No creo que sea prudente tener este tipo de conversación.
—Está bien —dijo resignándose momentáneamente—. Tenemos unas cuantas horas de conocernos y ya quiero que me cuentes tu vida, discúlpame.
—No hay nada que perdonar.
—¿Ah no? Entonces cuéntamelo todo —dijo muy confianzuda colgándose del brazo de Jimin.
—Pero, ¿qué dices? Yo... bueno... es que... —tartamudeaba con los colores en la cara a más no poder.
—Entonces háblame de Minho —cambió de tema rápidamente—. ¿Crees que es el indicado para curar tu roto corazón?
—Yuna, no creo que... es un buen amigo y...
—Con eso me lo dijiste todo, cuando alguien dice "solo es un buen amigo" suceden dos cosas, él será el amor de tu vida o "solo es un buen amigo".
—¿Y tú como sabes tantas cosas del amor? —se defendió del ataque de preguntas de Yuna, tratando de desviar el tema sobre él—. Eres muy joven para saber tanto del tema, creo que tienes mi edad.
—¡Ah, el amor! Solo es posible conocer de él de una sola manera... practicándolo.
—¿A qué te refieres? —dijo espantado al no saber el sentido de que quería decir con sus palabras.
—Tímido y con malos pensamientos —dijo divertida sobándose el mentón—. Pues dando amor a todo ser viviente, ¿a caso tú no quieres a tus padres?
—Claro que sí.
—Tendrás amigos entrañables.
—Por supuesto.
—¿Cuándo tocas el piano, no amas la música?
—Sí... Espera, ¿cómo sabes que toco el piano?
—Me lo mencionó Minho en su última carta —dijo sin darle importancia al comentario que Minho hizo de su persona a su prima—. Pues ahí lo tienes, tú también das amor.
Jimin se le quedó viendo sorprendido, esa joven a pesar de su juventud le enseñaba que hay más amores que el de una persona, y al mismo tiempo volvió a comparar a Jungkook con Minho. ¿En alguna ocasión, Jungkook hablo de mí, con algún amigo con afecto? Le sangraba el corazón y a no ser por el siguiente comentario de Yuna se hubiera puesto a llorar.
—Bueno, pero si estás hablando de arrumacos con tu novio...
—¡Yuna! —gritó poniéndose colorado hasta las orejas.
—¿Cuál es el problema? ¿No me digas que nunca te diste algún besito con él?
Jimin pasó del rojo al blanco.
—Jungkook nunca intentó darme un beso —la sentencia de ese pensamiento lo dejó frío—. Ningún acercamiento íntimo, solo lo esperado por la sociedad, el beso en la mejilla, un abrazo tierno el día de su cumpleaños... ¡Eso fue todo!
Yuna se sorprendió de la reacción de Jimin.
—¡No!... no es posible. ¿Nunca te han dado un beso? ¿Algún abrazo que te quitara el aliento? ¿Nunca se atrevió a tocarte más allá de donde termina la espalda?
—¡Yuna! —Jimin se volvió a poner rojo como el betabel.
—Bueno, al menos mi nombre si te lo has aprendido.
Después del almuerzo, todas las damas se prepararon para ir de compas, solo faltaban dos días para el fin de año y tenía que tener sus obsequios listos para el gran evento. Habían viajado ligeros, así que necesitaban un ropaje apropiado para la ocasión, los chicos dejaron en manos de las damas aquellos menesteres y ellos se fueron a jugar ajedrez a un parque cercano.
—¡Vámonos de compras! —anunció Yuna, poniéndose en medio de los dos muchachos y tomándolos del brazo los jaló hacia la calle, seguidos por sus madres.
Al llegar al centro de la ciudad, las damas adultas entraron en un local especialista en ropa elegante y fina, más, sin embargo, Yuna se llevó a los otros dos jovencitos a otro que estaba dedicado a ropa más juveniles y a la última moda.
—Miren chicos, este es el último grito de la moda londinense —dijo mostrándoles unos jeans rotos y anchos—. ¿Quién se lo quiere probar?
Jimin y Jisung se voltearon a ver y por breves momentos, estuvieron de acuerdo que a Yuna le faltaba un tornillo.
—Pero, le falta tela a ese pantalón —protestó Jisung.
—Y se me va a ver la mitad de mis piernas —segundó Jimin.
—¡Por Dios, muchachos, no sean mojigatos! ¡Por eso no pescan novio! —dijo molesta por sus ideas tan conservadoras—. Mira Jisung, tu ponte este pantalón roto color negro, resaltará tu cabello castaño y tú Jimin, ponte este otro jean de color azul, ¡resaltarán tus ojos castaños! ¡Pero muévanse chicos, que tenemos muchos detalles que arreglar!
Ante tal orden, los dos muchachos entraron a los vestidores a probarse los pantalones que Yuna les había dicho y a los segundos la muchacha escuchó los gritos de los chicos.
—No puedo salir con esta camiseta —exclamó Jimin desde el probador—. No es decente —el pantalón que había escogido Yuna para ella muy suelto, roto por las rodillas y los muslos, junto al crop top que le había dado.
Yuna entró al probador.
—No exageres Jimin, solo es juvenil, no indecente —le sonrió con todos sus dientes y volteó a ver al otro muchacho paralizado del susto.
—Te ves muy bien, primito.
—¡Estás loca! Si Minho me ve con esto se muere —replicó Jisung mirando su reflejo en el espejo de cuerpo entero.
—¡Pues que se muera! Pero de coraje cuando vea que todos los muchachos andan detrás de ti ¡Vamos chicos! Tengan el coraje por única vez en su vida, de enseñar un poco de lo que Dios les dio y si con eso conquistan a un caballero de buen cuerpo, como mi Kai, pues mucho mejor, además son simples pantalones.
—¿Quién es Kai? —preguntó Jimin al no reconocer ese nombre.
—Es el novio de Yuna —respondió Jisung tratando cubrir esa camisa transparente que Yuna le había dado.
—¡Jisung! El torso se luce —le dijo sujetándole las manos para que dejara de jalar la gasa—. ¡Bien! Vamos a la mitad del camino, primero quiten esa cara de conejos asustados. ahora quiten la cara de palo ¡Chicos! ¡Sí, son chicos!... ¡Escúchenme bien! —por un breve momento se tapó los ojos con una mano, como meditando lo que les iba a decir; finalmente los miró a los ojos y dijo:
—En esta sociedad en que vivimos, los jóvenes llevamos las de perder, el poder lo tiene el hombre refinado en todos los ámbitos, social, económico... sexual —al escuchar la última palabra Jimin y Jisung se sonrojaron—. ¿Lo ven? Ustedes se cohíben con solo escuchar esa palabra, que es parte de la naturaleza humana, no tiene nada de malo que los hombres también se quieran lucir y eso se debe a nuestra educación, nos han enseñado que nosotros solo estamos aquí para servir a quien nos pueda mantener, hombre o mujer, somos seres pensantes y tenemos sentimientos, pero... la naturaleza es sabia, y nos dio un arma para defendernos y debemos aprovecharla.
—¿Hablas de...?
—De nuestra misma naturaleza juvenil, primito, ser coqueto no descocado, sutilmente provocador, no prostitu... ¡Ya saben! Sonrisa gentil, modales refinados nos ayudan a conseguir con suavidad y sin que lo noten, casi todo lo que queramos, resaltar la belleza que Dios nos dio no es ningún pecado.
A regaña dientes, compraron la ropa que Yuna le había elegido a ambos muchachos, y salieron de la tienda entre risitas, como si hubieran hecho una travesura. Esto era nuevo para Jimin y Jisung, era un despertar hacia un capítulo nuevo en sus vidas, sin embargo, el que lo hayan compartido no los hacia olvidar que entre ellos... había cuentas que saldar.
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